Mi hijo .....cuando monta rabietas me pega y me insulta
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Este titular no responde a la realidad. No es mi hijo quien pega e insulta,sino mi sobrina, una niña de apariencia encantadora y dulce. Sin embargo, en reuniones familiares(que es cuando la veo) no deja de sorprenderme el comportamiento que tiene con respecto a sus padres, si algo no es como ella espera se enfada de una forma bastante desmesurada e incluso insulta(a nivel de un niño, pero insulta) a sus padres y les llega a "agredir" empujándoles.....es difícil de controlar en ese momento, no es agradable de ver y sin embargo tampoco sé si es lo más normal o cómo actuar en esas circunstancias.
¿A alguno de vosotros os sucede o ha sucedido algo parecido?
¿Me podríais aconsejar con pautas?Muchas gracias
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Los empujones, los insultos, el hecho de arrojar objetos e incluso los golpes responden a rabietas que los padres o los adultos en general no comprenden. Es una forma de expresión que para nosotros escapa a lo "normal" y precisamente por ese motivo en muchas ocasiones no sabemos cómo gestionar.
El origen de estos enfados desmesurados y sin control suele estar en familias permisivas, con límites poco claros y niños que toleran muy mal la frustración. Ante la negativa de sus padres no saben gestionar el enfado y se representa de forma "violenta" con la única intención de captar y centrar de nuevo la atención de sus padres en su comportamiento y lograr la reacción positiva que están buscando.
Lo más común es que niños que tienen reacciones agresivas en edades tempranas, las mantengan en su desarrollo y por ese motivo lo recomendable es reconducir esas conductas y enseñarles a gestionar esas reacciones.
Para eso no tenemos que hacer nada que no esté fuera del sentido común. Algunas pautas sencillas pueden ser:
-Establecer normas claras en casa, que se refieran no sólo a la convivencia en el hogar si no al comportamiento con otras personas o en otras situaciones.
-No intentar razonar en el momento de la rabieta, el niño está alterado, mejor esperar a que se relaje si queremos que nos escuche.
-No reaccionar en los mismos términos, imitarán nuestra actitud, de modo que es mejor actuar con calma y firmeza al mismo tiempo.
-Estimular vínculos, los niños tienen que entender que aunque les regañemos, nos enfademos con ellos o no nos guste su comportamiento, les seguimos queriendo y por eso es importante para nosotros que sepan cómo comportarse.
-Por último, y no por ello de menos peso, debemos establecer consecuencias a sus actos. Han de ser responsables de su comportamiento.
Todos estos consejos no son una receta mágica, no son fáciles de aplicar ni de mantener, pero seguro que os ayudarán.