Chris Ulmer, un gran ejemplo
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Con tan sólo diez minutos cada día de dedicación a los niños, de reconocimiento a su esfuerzo y a sus logros, este profesor consigue que la actitud de los alumnos sea positiva, de colaboración, y de respeto.
Hablar en positivo, reconocer el esfuerzo de los más pequeños y alabar su empeño en diferentes actividades no puede si no mejorar su autoestima y su actitud hacia los demás. ¿Probamos?